La casa siempre está en constante evolución, sus interiores se adaptan a los valores de la época en la que nos encontramos. Sin embargo, en los últimos meses debido al distanciamiento social ocasionado por el Covid 19 hemos tenido que adaptar nuestra manera de habitarla muy rápidamente: pasamos mucho más tiempo en ellas y realizamos más actividades que antes. El “home office” y las “clases a distancia” son ahora términos comunes en nuestro vocabulario. Aquellos hogares con niños han experimentado una transformación aún mayor de los espacios y actividades.
Del mismo modo, desde hace varios años hemos experimentado la digitalización de nuestras vidas, la cual se ha visto acelerada por la mencionada pandemia, ocasionando distanciamiento incluso entre los miembros de nuestra familia. Estamos casi siempre conectados a un dispositivo de manera individual, enfrascados en el mundo digital.
La propuesta generada para esta colaboración con Calleveinte es una respuesta a este nuevo contexto: un espacio adaptado a las necesidades contemporáneas donde podamos realizar actividades cotidianas y convivir con los nuestros de manera organizada y flexible. Fusionamos las “tardes de estudio”, el área de comida y un espacio para relajarnos; en un espacio dinámico que puede transformarse según nuestras necesidades. Un “living” contemporáneo donde la familia convive y comparte.
Si bien, cada una de estas actividades mencionadas han tenido de manera histórica un cuarto especial para ellas, en esta ocasión aprovechamos la oportunidad para adaptarnos a la distribución de espacios tipo loft de nuevos desarrollos y torres de departamentos; así como para maximizar las oportunidades de convivencia entre la familia en espacios domésticos de viviendas residenciales.
En el contexto internacional del diseño interior vemos cada vez más los términos hygge, wabi sabi, soft scandi y zen; resonando con fuerza en revistas de decoración y moda. Esto no es ninguna casualidad, ya que todos ellos aluden a un estilo de vida. Uno en el que el ser humano vuelve a las cosas naturales y a la vida contemplativa y tranquila, debido a la constante saturación mental de la era digital sobrecargada de estímulos. Entre los principales elementos de estas tendencias encontramos la neutralidad de los colores y la tactilidad de los materiales.
Nuestra propuesta se basa en estas tendencias, con la intención de proporcionar un ambiente para el bienestar físico y mental del usuario. Sin embargo, como estudio de diseño decidimos ir mas allá del concepto original añadiéndole un toque más personal. Es nuestra labor como diseñadores entender las tendencias y aplicarlas con sentido, para no caer en una simple imitación.
La propuesta de diseño se basa en un equilibrio de dos fuerzas: formas suaves y pesadas; contrastadas con líneas rectas, ligeras y modernas.
Como elementos primarios de composición utilizamos tonos terrosos, patrones vegetales y la presencia de objetos elaborados por manos humanas para dar un toque menos industrializado a los objetos complementarios. Lo anterior se contrasta con tonos de azul oscuro que nos transportan a un ambiente de misterio y tranquilidad, acentuados con tonos dorados para avivar y estimular la vista.
Los objetos que predominan en nuestra propuesta son principalmente utilitarios y sugieren los gustos e intereses del usuario, así como un poco de su sensibilidad estética y oficio. Ya que creemos que la decoración tiene la doble función de armonizar el espacio y ser útil a los habitantes en su interior.