Un maridaje clásico por excelencia, completamente atemporal y lleno de sofisticación, para mi el uso de estos dos colores, completamente antagónicos generan una mezcla entre la sobriedad del negro y el brillo del dorado, la luz y la obscuridad, haciendo de este espacio una combinación elegante y a la vez moderna.
La inspiración para el diseño de este espacio, surgió principalmente de traer el estilo clásico y rococó del siglo XVII, cuando París estaba en su mayor apogeo y, como hasta la fecha dictaminaba la tendencia y moda de la época.
Quisimos plasmar el tan característico uso de gobelinos, en telas y tapices, las telas seleccionadas evocan los estampados barrocos de la época, pero con un ligero twist de modernismo, logrando una mezcla infalible.
Múltiples elementos de mármol que nos aseguran la permanencia y cristales que nos recuerdan la fragilidad. Los grandes candelabros de cristal simplificados en ligeros candiles prismáticos que nos recuerdan el talento de nuestros artesanos en cada destello que emanan.
El uso de piel y madera nos dan la sensación de calidez en el espacio, el cual con los demás elementos lo hacen digno de sentarte y disfrutar.